LA CRUZADA PRO-RESCATE Y DESARROLLO DE VIEQUES, ESCUELA DE LUCHA DE UN PUEBLO POBRE Y REBELDE

En una reunión de Viequenses Unidos (VU) en el Bar Boca Chica de Vieques en el mes de marzo de 1978 el grueso de la asistencia no estuvo de acuerdo a que esa organización tuviera en la misma un oficial de la Marina llamado Robert Skinner quien hablaba y entendía el español perfectamente. Aunque posteriormente integrantes de VU reclamaron que el Sr. Skinner no fue invitado, sino que solicitó escuchar la misma sin participar. (Foto de Lino en esta reunión).

Antes de una semana, la Cruzada Pro Rescate y Desarrollo de Vieques (Cruzada) reemplazó al grupo Viequenses Unidos y fue la organización de lucha que nos integró a los viequenses comprometidos con expulsar a la Marina de Vieques hasta el 1989. Como no teníamos un espacio donde reunirnos, Ismael Guadalupe le pidió ayuda al Sr. Elías García, un comerciante de gas fluido, independentista que hasta sus últimos días reclamó la libertad y la salida de la Marina de Vieques. El Sr. Elías García tenía un espacio formidable disponible. Nos prestó una terraza en un segundo piso de su residencia.

Comenzamos a expresar nuestra preocupación con las confrontaciones de los pescadores defendiendo sus derechos a la vida, paz y seguridad y esto nos llevó a organizar grupos en diferentes áreas. Cada grupo tenía un portavoz. Teníamos al grupo de los maestros, comerciantes, chóferes de carros públicos, estudiantes y compañeras de pescadores.

En ese lugar tuvimos varias reuniones, pero vimos necesario seguir buscando un lugar más amplio y seguro por la capacidad de la Marina de espiarnos en aquel espacio abierto. Así fue que Ismael Guadalupe habló con su tía Severina Guadalupe que en paz descanse y ella a su esposo Dede Pérez. Ambos también eran independentistas y nos cedieron el uso de los altos de uno de sus garajes de gasolina, el Garaje Marisol. Estuvimos en este local reuniéndonos semanalmente y cuando fuera necesario. Luego, por seguridad de su negocio de la gasolina él mismo nos comunicó que tanto por la seguridad de su negocio como de la lucha, nos prestaría otro de sus locales en el mismo centro del pueblo mucho más amplio.

Hubo ocasiones en que se tuvo que expulsar dos personas porque le llevaban información a la Policía, a los pro Marina, y a los propios militares. Cuando desenmascamos una de ellas, se fue a Villa Sin Miedo, donde fue desenmascarada. Al par de años nos enteramos que estaba de vuelta en Villa Sin Miedo, lo cual se les comunicó inmediatamente a los rescatadores y fue expulsada de allí con mochos y piedras de esa tierra de pobres ensangrentada por Adolfina Villanueva.

Desde entonces estuvimos en los altos del colmado El Molino hasta el 1989, cuando el huracán Hugo arrasó con Vieques, llevándose el local. Esto sucedió en el 1989 cuando se estaba efectuando el rescate de terrenos en la Hueca.

El local de la Cruzada también sirvió de gimnasio de boxeo para los adolescentes y niños interesados, (Taso Zenón fue el entrenador por las tardes y Berín Rivera era el reclutador) siempre y cuando no hubiera reuniones o compromisos de la lucha. Había que sacar los muchachos de la calle e involucrarlos en la lucha.

Severino Rivera Morales (Berin) era el Coordinador de la Cruzada y Orlando Cruz Emeric era el portavoz, el que atendía la prensa y elaboraba los comunicados de prensa. Teníamos mucho interés, pero muy escasos recursos para promover la lucha y repudiar el abusos de la Marina. Yo conservaba una maquinilla que a mis 14 años le compré al Sr. Juan Monell, un comerciante y repartidor de cartas en la comunidad en su propio local y esto nos ayudó en un principio. Posteriormente, el Proyecto Ecuménico Nacional PRISA nos donó de una maquinilla eléctrica y de un mimeógrafo. Conseguíamos los periódicos que no se vendían todos los días y de ahí recortábamos letras grandes para nuestros titulares. De ahí se redactaba nuestra interpretación y aclarábamos dudas, siendo Lidiana, Orlando Cruz Emeric, y Berín quienes las analizaban para entonces pasarlas a maquinilla en estarcidos y de ahí al mimeógrafo de manigueta. Luego nos modernizamos y PRISA nos trajo una quemadora de estarcidos que nos ayudó grandemente. El papel amarillo de nuestros boletines, siempre nos lo regaló Don Rafael Conde, quien tenía una tienda de efectos escolares.

Un día Tuto Jiménez, de WPAB, nos trajo a la compañera Ginnette Blazini como recurso para darnos un taller de redacción, lo cual apreciamos grandemente. A pesar de sus problemas de movimiento, esa señora nos dio luz y siempre agradeceremos su gesta al igual que a Tuto.

En nuestro nuevo local hacíamos asambleas y recibíamos a los visitantes.

Era un trabajo fuerte, de muchas horas. El grupo de estudiantes nos ayudaban a compaginar y grapar el boletín informativo, preparar los paquetes y en la distribución en las calles y barrios, bajo la supervisión del maestro Teyito Mercado, Victor Emeric, Tato e Ismael Guadalupe, todos maestros de la Escuela Germán Rieckehoff Morales. En este local hacíamos las banderas para las actividades, reuniones tanto con los grupos como con los compañer@s de la isla grande y del extranjero. Todas las pancartas de “tela de doméstico” y el que hizo el David y Golliath para una parada en las Fiestas Patronales, fue Nery Silva Casanova, que en paz descanse.

La tarea de los chóferes públicos era divulgar la lucha a todo visitante o residente; explicar el porqué estábamos en esta lucha en contra de la Marina. Muchas veces Celito Camacho, uno de los más confiables, entró en actividades estratégicas de muchísima importancia como lo era recoger en horas de la madrugada a compañeros que tenían encomiendas especiales y llevarlos al lugar indicado. Nunca falló, siempre fue puntual.

Berín Rivera, su esposa Matilde, las monjitas católicas Bárbara Zimmer y Anna, Lidiana Cruz y esta servidora nos amanecimos muchas veces pintando calles con frases combativas y de motivación a unirse a la lucha y otras de repudio a la presencia militar. Unas escribíamos y otras velabamos a la policía y tocaban el pito de esconderse al ver un biombo de la jara, ya que estos actos eran un delito en esa época y para nosotros más.

La Cruzada fue una institución, una escuela para todos y una muestra de que todas las opiniones valen siempre y cuando fueran de total beneficio a favor de lo que buscábamos, donde el que no fuera netamente anti Marina, no podía estar o no era bienvenido.

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Arthur K. Knoizen

Mírenlo bien. Éste es uno de los personajes más siniestros
en la historia de Vieques. Knoizen es un alto oficial
de la Marina íntimamente conectado con la Oficina de
Inteligencia Naval, en sus rincones más oscuros y tenebrosos. Cuando Richard Nixon y Henry Kissinger llevaron a cabo, secretamente, acciones que pudieron ir en
menoscabo del poder del Navy en Washington, DC, el
entonces capitán Knoizen sirvió de enlace con el mundo
del espionaje y de las operaciones clandestinas que, a
la larga, les sirvieron a los jerarcas del Navy como arma
para impulsar el aislamiento de ambos y la eventual renuncia de Nixon a la presidencia de Estados Unidos. En
su vida post Watergate, Knoizen cultivó relaciones con el
bajo mundo ex cubano que le sirvieron cuando recibió
órdenes de combatir a los viequenses a sangre y fuego.

El verdugo Juan Torruella

Nunca me sorprendió que Juan Torruella disfrutara tan
evidentemente el papel que asumió de verdugo del
pueblo pobre de Vieques. Un ingrediente muy grande
de ese placer, sin duda, era su inclinación fascista que
imitaba a la gusanera batistiana que huyó  de Cuba a
Puerto Rico. Juan Torruella era un verdadero batistiano
con toga federal. Pero, sobre todo, Juan Torruella era
un blanquito, y su alma le pertenecía a los demonios
de la oligarquía colonizada de Puerto Rico. Para él, los
viequenses éramos equivalentes a sus sirvientes, a
sus chóferes, a sus jardineros, a los que le limpiaban
la piscina y le manten an su yate en perfectas condiciones.
A personas como nosotros no se les puede
permitir siquiera contemplar el reclamo por la igualdad
ciudadana ni la justicia social. Cada vez que pisoteaba
a los viequenses, sencillamente cumplía con sus
convicciones profundas de ser mejor que nosotros,
y con su obsesión de “poner a esos parejeros en su
sitio”. Lo que sí me sorprende es verlo ahora rodearse
de libros, tratando de jugar el papel de intelectual, de
historiador liberal, de juez honrado y justo. No s  qu
indulgencias este servil capataz de la finca del imperio
pretenda ganarse con ese disfraz tardío. Sus acciones
ya no tienen marcha atr s. Sobre él guindan muchas
muertes, por asesinato a sangre fría de unos, y por
las pol ticas genocidas de la Marina, que envenenaron
generaciones de viequenses pobres que, a fin de
cuentas, derrotamos al Navy y a sus lacayos. Juan
Torruella quedará consignado en la Historia como el
abusador del barrio que le patearon el culo.

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http://www.vieques-island.com/navy/marinacomercial.html

Marta Villaizán Montalvo publicó en una página cibernética que encontró Aleida (yo no sabría ni cómo prender la computadora) titulada “Vieques: Centro de actividad comercial de la Marina”. Casi al comienzo nos dice: «Vieques y todo el complejo naval y militar de Roosevelt Roads es una de las bases especialmente diseñadas para pruebas y evaluaciones de armamentos y sistemas bélicos. Este grupo de bases se conoce como “Major Range and Test Facility Base (MRTFB)” y la que corresponde a Puerto Rico» …se llama… «“Atlantic Fleet Weapons Training Facility (AFWTF)”.» Cita entonces la publicidad de la Marina para el “AFWTF” para las corporaciones armamentistas: «Empresas comerciales y académicas que necesitan facilidades únicas dedicadas a las pruebas de capabilidad pueden hallar una solución costo efectiva en los “Department of Defense Major Range Test Facility Base (MRTFB)”. La amplitud del personal especializado y las facilidades de experimentación de los “MRTFB” no tiene paralelos, y puede cumplir con cualquier requerimiento experimental imaginable. El uso de estas facilidades ahora es más fácil, rápido y barato que nunca.»

Villaizán Montalvo destapa toda la verdad sobre lo “insustituible” que suponía ser Vieques para la “seguridad nacional” de Estados Unidos. Nos habla de la publicidad comercial desplegada por la Marina en la internet, y nos revela lo siguiente: «Para evitar confusiones entre los usuarios, el Departamento de la Defensa ha preparado folletos informativos, (brochures) de cada una de las facilidades y para su beneficio todos están publicados en la Internet. Todos…, excepto el del AFWTF (Vieques) que fue retirado en el 1999 a raíz de la muerte de David Sanes. Por otro lado, el Departamento de la Defensa le concede a los clientes la oportunidad de llenar su solicitud de servicio y hacer sus pagos con tarjeta también por Internet.».

De manera que todos los argumentos de los miserables alcahuetes de la Marina como Juan Torruella y sus secuaces en el tribunal federal se reducen a uno sólo: destrucción para un pedazo de Puerto Rico y para los viequenses y millones de dólares para el US Navy.

Encabezado de la página de internet de la “Joint Electronic Commerce Program Office (JECPO)” donde se comerciaba con la destrucción de Vieques.

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El infame teniente Alex de la Zerda

Este cobarde lagarto aparecer en estas narraciones más adelante, pero se lo presentamos aqu  al lector. El teniente Alex de la Zerda era oficialmente el encargado de relaciones públicas del contraalmirante Arthur K. Knoizen.
Extraoficialmente, era su gatillero. Knoizen y De la Zerda
implicaron al Navy con el bajo mundo de la ultraderecha
gusana, vinculada con operativos de la CIA, responsables
de viles asesinatos en la Isla Grande. De La Zerda se
confabuló con el ex cubano y miembro de la agrupación
Abdala, Ren  Fern ndez del Valle y el due o de una
armería en Vieques, Roberto López González, para colocar
un artefacto explosivo en el Colegio de Abogados,
institución que Knoizen consideraba instrumental en el
avance de las fuerzas opositoras a la presencia del Navy
en Vieques. Todos fueron acusados y enjuiciados por
ese crimen. Fueron representados por Blás Herrero, ex
Secretario de Justicia en la administración de Luis Ferr .
Salieron absueltos –por obra y gracia de la Marina– en
un juicio amañado lleno de irregularidades. En Vieques,
de la Zerda se había confabulado con otro teniente, Terrance
Davis, y éste reclutó civiles viequenses de la base,
para extraer explosivos C4 de los polvorines y facilitárselos
a de la Zerda. Este pájaro tenía planes concretos de
hacer estallar un avión de Vieques Air Link donde viajar a
conmigo Ismael [Guadalupe]; colocar explosivos incendiarios
en las facilidades de la Asociación de Pescadores
de Vieques, Inc.; y colocar bombas activadas por control
remoto en una playa utilizada por los pescadores, no
solo durante las protestas, sino también en sus gestiones
de trabajo. Terrance Davis rompió a hablar cuando el
FBI lo pilló en sus traqueteos y con ese testimonio el FBI
continuó investigando. Cuando la investigación del FBI
apuntó en dirección a Knoizen todo se paralizó. A de la
Zerda se le ocultó en Hawaii y no se supo más de  él.

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Charles Thompson, para mí, es un personaje misterioso. Yo no he podido localizar lo que él filmó aquel 19 de mayo de 1979,  que la corporación de ABC llevó al aire en Estados Unidos unos días más tarde. No puedo opinar sobre esa reseña excepto de una manera indirecta. Las expresiones que Thompson le brindó a la prensa local nos pinta a los pescadores y a nuestros aliados como provocadores y agresores, insinuando que la Marina exhibió una conducta moderada y pacífica.

Las palabras de Thompson que reseñaron los diarios locales fueron falsas, y en ningún momento toma la perspectiva nuestra, la de los pescadores viequenses, como válida. Estábamos confrontando a los militares porque ellos ocupaban y destruían nuestras tierras y mares, y pretendían robarnos nuestros derechos de vivir en paz, ganarnos nuestro sustento, y disfrutar de nuestros excepcionales recursos naturales. Los militares nos confrontaban con todo su poder armado; pero Thompson no considera ese punto de vista.

Lo que me sorprende es que una de las personas que leyó las pruebas del libro me comentó que ella recordaba a Thompson como un valiente documentalista fílmico noticioso que llevó a la televisión unas denuncias que estremecieron a los poderosos, entre ellos la Marina de Guerra de Estados Unidos.

Ella recordaba que cuando vivía en la ciudad de Nueva York durante la década de los 1990s pudo ver unos programas de televisión en los que Thompson acusaba al US Navy de usar jóvenes reclutas para experimentar con ellos los efectos de armas químicas. Muchos de estos reclutas sufrieron serias consecuencias de enfermedades de todo tipo a consecuencia de los experimentos que la Marina (realmente la sociedad de las corporaciones armamentistas y el US Navy) a los cuales fueron sometidos. La Marina, siempre en el lado diabólico de estos escándalos, le negaba a estos reclutas sus derechos de servicios de salud como veteranos, y no fue hasta que Thompson destapó esta olla de grillos, me cuenta la compañera, que el Congreso obligó al US Navy a los derechos de estos reclutas y proveerles los servicios de salud que necesitaran.

¿Por qué Thompson, en los 1990s, puede dispararle a la Marina una denuncia como la que les lanzó, pero en 1979 encubrió las acciones genocidas del US Navy en contra del pueblo de Vieques?

No he visto sus reseñas de ese día. Me gustaría verlas algún día. Pero a juzgar por sus declaraciones, lo único que puedo pensar es que las gríngolas imperialistas de la prensa noticiosa corporativa no dejaba el espacio para que un reportero hiciera una denuncia que favoreciera a unos colonizados en pie de lucha.

No podré preguntarle directamente. Charles Thompson murió el 15 de diciembre de 2014.

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En los días que se imprimía el libro, el lunes 30 de julio de 2018, me enteré de la noticia que Ronald Dellums había fallecido a los 82 años.

Dellums no fue un revolucionario. Fue un demócrata liberal que algunos periodistas lo llamaban un radical, porque fue tan honesto y vertical que las posturas deformes del liberalismo del Partido Demócrata no podían definir su energía insobornable en favor de los oprimidos.

Por es razón incluyó a Vieques en su agenda, y un día se nos presentó aquí para celebrar vistas públicas sobre la conducta del US Navy, sus agresiones contra los viequenses y su destrucción de nuestros recursos naturales. Esas vistas congresionales amplificaron el caso de Vieques, y el caso de la autodeterminación de todos los puertorriqueños, que él siempre impulsó. Los viequenses no supimos pagar la solidaridad de este valiente legislados afronorteamericano.

Recuerdo cuando se reunió con Fidel en Cuba, y el aguacero de acusaciones de ser comunista que llovieron sobre él a cántaros. A su regreso manifestó su respeto por el revolucionario cubano.

Presentó legislación para imponer sanciones sobre el régimen de apartheid de África del Sur, que Reagan vetó pero que el Congreso logró derrotar el veto.

Ronals Dellums, aunque juegó pelota con el uniforme del imperio, se distinguió por jugar pelota, no como un vil imperialista, sino como una persona guiada por principios de decencia y justicia con los que no tenemos (todavía) acceso al poder.

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Libro De Prisa [verrsión Memorias-Taso:web]

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